TEXTOS DIDÁCTICOS
INDEPENDENCIA
EL PULQUE NO PAGA IMPUESTOS
Uno de los oficios
de mayor antigüedad en nuestro país es el de tlachiquero: la persona encargada
de extraer el aguamiel cuando la planta de maguey está madura.
El tlachiquero arranca la yema o corazón de la penca, luego raspa las paredes interiores hasta lograr la cavidad de donde unos días después saldrá el aguamiel. A partir de ese momento el proceso de extracción –mediante la succión con un acocote– podrá realizarse dos o tres veces al día, durante un periodo que va de tres a seis meses.
El líquido extraído se transporta en una botija conocida también como pellejo o en una castaña (anteriormente hecha de madera y luego de fibra de vidrio) para después vaciarlo en el tinacal donde se transforma. El aguamiel sin fermentar es dulce y transparente. Una vez fermentado se convierte en octli o pulque, bebida embriagante que aún se consume.
En 1670 se creó el asiento del pulque: el arrendamiento para que una persona, denominada asentista, se hiciera cargo del cobro por los derechos derivados de la producción y comercialización. Cada asiento duraba entre dos y cinco años, de esta manera el pulque fue administrado por particulares hasta 1763, cuando el ramo pasó a depender de la Dirección de Alcabalas.
En el bando para abolir la esclavitud, emitido en Valladolid el 18 de octubre de 1810, Miguel Hidalgo previene a los administradores de aduana, receptores y gariteros para que a los naturales no se les cobre ningún tipo de derecho por la raspa de magueyes ni por el fruto del pulque, debido a la condición de miseria en la que se encuentran.
El tlachiquero arranca la yema o corazón de la penca, luego raspa las paredes interiores hasta lograr la cavidad de donde unos días después saldrá el aguamiel. A partir de ese momento el proceso de extracción –mediante la succión con un acocote– podrá realizarse dos o tres veces al día, durante un periodo que va de tres a seis meses.
El líquido extraído se transporta en una botija conocida también como pellejo o en una castaña (anteriormente hecha de madera y luego de fibra de vidrio) para después vaciarlo en el tinacal donde se transforma. El aguamiel sin fermentar es dulce y transparente. Una vez fermentado se convierte en octli o pulque, bebida embriagante que aún se consume.
En 1670 se creó el asiento del pulque: el arrendamiento para que una persona, denominada asentista, se hiciera cargo del cobro por los derechos derivados de la producción y comercialización. Cada asiento duraba entre dos y cinco años, de esta manera el pulque fue administrado por particulares hasta 1763, cuando el ramo pasó a depender de la Dirección de Alcabalas.
En el bando para abolir la esclavitud, emitido en Valladolid el 18 de octubre de 1810, Miguel Hidalgo previene a los administradores de aduana, receptores y gariteros para que a los naturales no se les cobre ningún tipo de derecho por la raspa de magueyes ni por el fruto del pulque, debido a la condición de miseria en la que se encuentran.
FRUTOS DEL AGUACATILLO
Durante el movimiento
de Independencia se publicaron muchas proclamas tanto del bando insurgente como
del lado realista; entre las primeras destaca el bando emitido por Miguel
Hidalgo en Valladolid el 18 de octubre de 1810 para abolir la esclavitud.
En noviembre de 1810 José María Morelos elaboró la proclama que a la postre sería conocida como bando del Aguacatillo, donde decreta el establecimiento de un "nuevo gobierno por el cual a excepción de los europeos todos los demás habitantes no se nombrarán en calidades de Indios, mulatos ni castas, sino todos generalmente americanos".
En las copias de la correspondencia que sostuvo Morelos con el sargento Concha y con Pedro de Jesús Piza –interceptadas por José Toribio Navarro– podemos observar los siguientes documentos:
En noviembre de 1810 José María Morelos elaboró la proclama que a la postre sería conocida como bando del Aguacatillo, donde decreta el establecimiento de un "nuevo gobierno por el cual a excepción de los europeos todos los demás habitantes no se nombrarán en calidades de Indios, mulatos ni castas, sino todos generalmente americanos".
En las copias de la correspondencia que sostuvo Morelos con el sargento Concha y con Pedro de Jesús Piza –interceptadas por José Toribio Navarro– podemos observar los siguientes documentos:
1.
Copia de la orden de José María Morelos al sargento Concha para
que disponga la artillería de modo que no perjudique a los criollos.
2.
Copia del decreto de José María Morelos a los moradores de
América sobre las disposiciones generales del nuevo gobierno, entre ellos la
abolición de castas y esclavitud.
3.
Copia de una carta de José María Morelos (no se especifica a
quién va dirigida) ofreciendo otorgar indulto a su yerno gachupín, pues la
llegada de su ejército está pronta y temen perezcan criollos defendiendo
gachupines.
4.
Copia de una carta de Antonio Carreño a José Toribio Navarro
informándole que los insurgentes se encuentran acampados en Aguacatillo.
REVOLUCIÓN
LA PATRIA Y SIEMPRE LA PATRIA
La causa antirreeleccionista
motivó a los ciudadanos que deseaban un cambio en la dirección del país. Como
parte de su política, Francisco I. Madero permitió a las mujeres externar sus
opiniones, ser más libres y participativas. En respuesta, recibió el apoyo de
las agrupaciones femeniles que surgieron entonces bajo la premisa de que era
necesario abandonar la idea de la inferioridad, para que la mujer pudiera “ser
útil a sí misma, a la familia y a la sociedad”, según publicó el periódico
maderista la Nueva Era, el 11 de enero de 1911.
Un testimonio palpable de la capacidad de organización que desarrollaron las mujeres de esa época fue el Club Femenil Antirreeleccionista “Hijas de la Revolución” que hizo pública su postura favorable al presidente Madero, por medio del manifiesto “La patria y siempre la patria”, dirigido al pueblo mexicano.
El documento comienza haciendo un resumen de los atropellos que se habían vivido durante 36 años bajo la dictadura de Porfirio Díaz. Luego subraya el valor de Madero al enfrentarse a las fuerzas militares de Díaz y defender la Carta Magna de tantas transgresiones que el régimen dictatorial había cometido. En seguida, el manifiesto coloca a los mexicanos como testigos de la campaña electoral de 1910 y el triunfo maderista que debió ser exigido con las armas en las manos, para defender al “primer presidente constitucional electo en sufragio popular”. Las autodenominadas “Hijas de la Revolución” expresan su descontento por las pretensiones de algunos traidores de derrocar a Madero bajo el pretexto de que “no sabía gobernar”.
Un testimonio palpable de la capacidad de organización que desarrollaron las mujeres de esa época fue el Club Femenil Antirreeleccionista “Hijas de la Revolución” que hizo pública su postura favorable al presidente Madero, por medio del manifiesto “La patria y siempre la patria”, dirigido al pueblo mexicano.
El documento comienza haciendo un resumen de los atropellos que se habían vivido durante 36 años bajo la dictadura de Porfirio Díaz. Luego subraya el valor de Madero al enfrentarse a las fuerzas militares de Díaz y defender la Carta Magna de tantas transgresiones que el régimen dictatorial había cometido. En seguida, el manifiesto coloca a los mexicanos como testigos de la campaña electoral de 1910 y el triunfo maderista que debió ser exigido con las armas en las manos, para defender al “primer presidente constitucional electo en sufragio popular”. Las autodenominadas “Hijas de la Revolución” expresan su descontento por las pretensiones de algunos traidores de derrocar a Madero bajo el pretexto de que “no sabía gobernar”.
El manifiesto señala que el
general Pascual Orozco “ha arrojado sus laureles al lodo” al convocar a la
rebelión contra Madero. También descalifica la actitud pasiva de Francisco
Vázquez Gómez, quien después de ser propuesto como candidato a la
vicepresidencia del Partido Antirreeleccionista, da la espalda y “espera que se
maten y le conquisten el puesto sin peligro para él”.
El Club Femenil Antirreeleccionista resalta la necesidad de que permitan a Madero tomar las riendas del gobierno para organizar al país que, hundido en la pobreza y la rebelión, se ve confundido por tanto caudillismo que pretende quedar en el poder para puro beneficio propio, ya que no luchan por ideales sino por ambición. Por último, las integrantes del club hacen un llamado al pueblo mexicano en nombre de “la patria agonizante” para sostener la bandera de la ley, y luchar sin armas en defensa de la Constitución de 1857. Su propuesta es evitar la violencia convocando a la unión y el civismo. El manifiesto fue firmado el 7 de marzo de 1912
El Club Femenil Antirreeleccionista resalta la necesidad de que permitan a Madero tomar las riendas del gobierno para organizar al país que, hundido en la pobreza y la rebelión, se ve confundido por tanto caudillismo que pretende quedar en el poder para puro beneficio propio, ya que no luchan por ideales sino por ambición. Por último, las integrantes del club hacen un llamado al pueblo mexicano en nombre de “la patria agonizante” para sostener la bandera de la ley, y luchar sin armas en defensa de la Constitución de 1857. Su propuesta es evitar la violencia convocando a la unión y el civismo. El manifiesto fue firmado el 7 de marzo de 1912
ENVÍO DE FOTOGRAFÍAS DE
RICARDO Y ENRIQUE FLORES MAGÓN
Tras haber emigrado a los
Estados Unidos debido a la presión ejercida por el gobierno al que se oponían
abiertamente, Enrique y Ricardo Flores Magón, en compañía de otros periodistas
y escritores, redactaron en San Luis Missouri el Manifiesto del Partido Liberal
Mexicano, documento compuesto por 28 puntos donde se analiza la problemática
nacional con una crítica a las autoridades y se enjuicia la intromisión del
clero en la política. El texto también aboga por llevar la educación a todas
las regiones del país y reflexiona sobre la emigración de los conciudadanos
mexicanos al extranjero.
Enrique y Ricardo Flores Magón
nunca gozaron de total libertad, pues aun estando en el extranjero fueron
perseguidos por militantes del gobierno de Díaz. La carta del entonces
secretario de Estado y del Despacho de Relaciones Exteriores, Ignacio Mariscal,
ejemplifica tal persecución. La misiva, con la leyenda “reservada”, está
dirigida al secretario de Gobernación, Ramón Corral, a quien Mariscal confirmó
la recepción de los retratos de Enrique y Ricardo Flores Magón; añade que
remitirá de inmediato las fotografías a los cónsules mexicanos en Montreal,
Canadá, para la búsqueda y captura de los periodistas. Al escrito se anexan las
fotografías de los hermanos Flores Magón.
Reminiscencias de la historia
DISCURSO POR LAS
FLORES
Obra poética que
pertenece al Fondo Bibliohemerográfico Arquitecto Carlos Lazo Barreiro. El
ejemplar se distingue por la dedicatoria autógrafa del autor, don Carlos
Pellicer Cámara; Poeta, museólogo, político y amante de la alegría del idioma
–como se refería de sí mismo−, quien nació el 16 de enero de 1897 en
Villahermosa, Tabasco. Su formación académica la efectuó en la Escuela Nacional
Preparatoria y en Colombia. Desde muy joven se inmiscuyó en cuestiones de
política que supo sobrellevar con las de arte; cofundador de la revista San-Ev-Ank en 1918, y de la sociedad cultural
mexicana conocida como Nuevo Ateneo de la Juventud, en 1919. Fue secretario privado
de José Vasconcelos. En agosto de 1921, junto con Vicente Lombardo Toledano,
Diego Rivera, José Clemente Orozco y Xavier Guerrero, entre otros, fundó el
Grupo Solidario del Movimiento Obrero.
Fue colaborador de revistas como; Falange (1922-1923), Ulises (1927 a 1928), yContemporáneos (1928-1931).También se dedicó a la enseñanza de la poesía moderna en la UNAM, consagró su amor al arte organizando los museos Frida Kahlo, el de La Venta (en Tabasco) y el museo Diego Rivera Anahuacalli.
Fue director del Departamento de Bellas Artes, senador y presidente del Consejo Latinoamericano de Escritores en Roma. A partir de 1953 ingresó como miembro de número en la Academia Mexicana de la Lengua. En 1964 recibió el Premio Nacional de Literatura. Perteneció a la generación de intelectuales mexicanos conocidos como "Los Contemporáneos". Falleció en el D. F. el 16 de febrero de 1977. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres de la ciudad de México.
El archivo personal Carlos Pellicer está resguardado en la Biblioteca Nacional de México, está valuado en el Fondo Reservado; se estima que contiene más de 60 mil documentos (cartas, escritos, publicaciones, libros) y cinco mil fotografías. Su colección bibliográfica está protegida en la Biblioteca de El Colegio de México.
Discurso por las flores es un buen ejemplo de la versificación festiva de Pellicer: "Que la última flor de esta prosa con flores/séala un pensamiento. De pensar lo que siento/al sentir lo que piensan las flores, los colores/de la cara poética las desvanece el viento/que oculta en jacarandas las palabras mejores)."
Fue colaborador de revistas como; Falange (1922-1923), Ulises (1927 a 1928), yContemporáneos (1928-1931).También se dedicó a la enseñanza de la poesía moderna en la UNAM, consagró su amor al arte organizando los museos Frida Kahlo, el de La Venta (en Tabasco) y el museo Diego Rivera Anahuacalli.
Fue director del Departamento de Bellas Artes, senador y presidente del Consejo Latinoamericano de Escritores en Roma. A partir de 1953 ingresó como miembro de número en la Academia Mexicana de la Lengua. En 1964 recibió el Premio Nacional de Literatura. Perteneció a la generación de intelectuales mexicanos conocidos como "Los Contemporáneos". Falleció en el D. F. el 16 de febrero de 1977. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres de la ciudad de México.
El archivo personal Carlos Pellicer está resguardado en la Biblioteca Nacional de México, está valuado en el Fondo Reservado; se estima que contiene más de 60 mil documentos (cartas, escritos, publicaciones, libros) y cinco mil fotografías. Su colección bibliográfica está protegida en la Biblioteca de El Colegio de México.
Discurso por las flores es un buen ejemplo de la versificación festiva de Pellicer: "Que la última flor de esta prosa con flores/séala un pensamiento. De pensar lo que siento/al sentir lo que piensan las flores, los colores/de la cara poética las desvanece el viento/que oculta en jacarandas las palabras mejores)."
MÉXICO VIEJO Y ANECDÓTICO
Obra histórica que
recorre los cuadros costumbristas del México colonial, escrita por Luis
González Obregón; escritor, historiador, bibliotecario, cronista vitalicio de
la ciudad de México y general de brigada durante la Revolución mexicana.
González Obregón estudió en la Escuela Nacional Preparatoria, recibió clases de Ignacio Manuel Altamirano, de quien aprendió la pasión y el arte de recrear la historia como si fuera un viaje interminable de cuentos y leyendas, que nos llevan de los hechos verídicos hacia la cotidianidad. En 1885, al lado de otros grandes intelectuales, fundó el Liceo Mexicano Científico y Literario que subsistió hasta 1894; colaboró en el Museo Nacional de Antropología. En 1911 se le encargó la Comisión Reorganizadora del Archivo General de la Nación; más tarde, asumió la dirección del AGN hasta 1917. Asimismo, ingresó como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y de la Academia Mexicana de la Historia, presidió esta última de 1919 a 1922. Antes de fallecer –el 19 de junio de 1938, en la ciudad de México– una ceguera le impidió seguir escribiendo sobre la vida costumbrista y anecdótica del México virreinal.
El fondo bibliográfico del gran escritor, custodiado en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, está conformado por más de 10 mil volúmenes; sobresalen 500 obras con dedicatorias autógrafas de otros intelectuales, señal inequívoca de que fue amigo de sus pares.
El ejemplar de México viejo y anecdótico, es invaluable porque ostenta una dedicatoria autógrafa del autor para el médico Ricardo César Margáin, y por acompañarse de un "testigo": un recorte de periódico que habla de la venta de Palacio Nacional hace ya algunos siglos, pertenece al Fondo Bibliográfico "Arquitecto Carlos Lazo Barreiro" y es un buen ejemplo para hablar de la majestuosa facilidad que tuvo "Ronzalitos" –como cariñosamente le llamaban sus allegados– de indagar en las fuentes documentales hasta "hallar" el hecho histórico.
González Obregón estudió en la Escuela Nacional Preparatoria, recibió clases de Ignacio Manuel Altamirano, de quien aprendió la pasión y el arte de recrear la historia como si fuera un viaje interminable de cuentos y leyendas, que nos llevan de los hechos verídicos hacia la cotidianidad. En 1885, al lado de otros grandes intelectuales, fundó el Liceo Mexicano Científico y Literario que subsistió hasta 1894; colaboró en el Museo Nacional de Antropología. En 1911 se le encargó la Comisión Reorganizadora del Archivo General de la Nación; más tarde, asumió la dirección del AGN hasta 1917. Asimismo, ingresó como miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y de la Academia Mexicana de la Historia, presidió esta última de 1919 a 1922. Antes de fallecer –el 19 de junio de 1938, en la ciudad de México– una ceguera le impidió seguir escribiendo sobre la vida costumbrista y anecdótica del México virreinal.
El fondo bibliográfico del gran escritor, custodiado en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, está conformado por más de 10 mil volúmenes; sobresalen 500 obras con dedicatorias autógrafas de otros intelectuales, señal inequívoca de que fue amigo de sus pares.
El ejemplar de México viejo y anecdótico, es invaluable porque ostenta una dedicatoria autógrafa del autor para el médico Ricardo César Margáin, y por acompañarse de un "testigo": un recorte de periódico que habla de la venta de Palacio Nacional hace ya algunos siglos, pertenece al Fondo Bibliográfico "Arquitecto Carlos Lazo Barreiro" y es un buen ejemplo para hablar de la majestuosa facilidad que tuvo "Ronzalitos" –como cariñosamente le llamaban sus allegados– de indagar en las fuentes documentales hasta "hallar" el hecho histórico.