miércoles, 14 de septiembre de 2016

“EL CHILAM BALAM DE CHUMAYEL”

El Chilam Balam de Chumayel procede de Chumayel, distrito de Tekax, Yucatán. Se supone que el compilador fue un indígena llamado Juan José Hoil, de Yucatán, el libro pasó a la posesión de algún sacerdote o de su secretario, llamado Justo Balam, quien inscribió dos registros bautismales.

Los libros se escribieron con una actitud defensiva y con el afán de afirmar las antiguas creencias y "desterrar el cristianismo", así como los españoles pretendían "desterrar la idolatría", el Chilam Balam, Brujo-intérprete.

Es religiosa, destacando los fragmentos relativos al mito cosmogónico, sin aparente conexión entre ellos; tal vez se refieren a las distintas catástrofes cósmicas, que encontramos en los mitos de otros grupos, como los quichés y los nahuas.

Otros son textos rituales, profecías de los katunes, fórmulas simbólicas de iniciación religiosa, como el "Lenguaje de Zuyúa"; textos calendáricos y astronómicos, e históricos sobre los principales grupos de Yucatán y sobre la Conquista española.

La obra termina con las famosas profecías acerca de la llegada de una nueva religión, atribuidas a Chilam Balam y otros taumaturgos. Los escritos míticos y proféticos están redactados en un lenguaje arcaico, altamente simbólico y multívoco.







“EL POPOL VUH”


El Popo Vuh, así llamado, donde se veía claramente la venida del otro lado del mar, la narración de nuestra oscuridad, y se veía claramente la vida.

Épico basado en las leyendas de la extraordinaria civilización maya-quiché, que habla sobre la creación del mundo. Se sabe que está influenciada por algunos sacerdotes quienes en su evangelización ayudaron a conservar lo más posible la cultura indígena.

La creación y el crecimiento de los árboles y la vegetación, que precedió al hombre, y luego de los animales, a los cuales se les dio un paraje especial. Con varios elementos se ensayó el material para hacer al hombre, hasta que el maíz fue el definitivo.

Los señores de Xilbalba: Sangre, Ictericia, Cráneo e Infortunio, que vivían en el mundo subterráneo querían desaparecer a los hombres para quedarse como dueños absolutos de la Tierra, pero esto no fue posible.


Las aves mensajeras mandadas por los señores de Xilbaba, les dijeron a Ixbalanqué  y a Hunahpu, que los señores del mundo subterráneo los invitaban a jugar pelota, ellos sin dudar aceptaron y le dejaron a su madre y a su abuela su única caña para que la cuidaran todos los días y que si un día se secaba significaba que ya nunca los volverían a ver.

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