La nueva enseñanza de la historia
La Dra. Ma
del Rosario Soto hace reflexionar sobre la educación, que como
fenómeno social, tiene un carácter recíproco con la sociedad que la alberga y
sustenta, ya que su filosofía y la normatividad de prácticas sociales marcan la
pauta para su estructuración.
A través de la acción educativa, se perpetúa la
organización social y se preparan su fuerza productiva y sus dirigentes. La
educación como fenómeno es un instrumento de la formación social pero se
transforma también en un fenómeno de conciencia, al ser el agente de la
representación colectiva de la realidad, que no ocurriría sin la participación
de conciencias particulares asociadas o combinadas.
Por ello, se convierte en
objeto de estudio del campo de la historia social y de las mentalidades.
Los historiadores sabemos que
la historia que se enseña en las escuelas, la oficial, es no solo “de bronce” sino además positivista, lo cual limita las
posibilidades de concebir globalmente, de manera total y significativa, los
hechos pasados.
Debemos de enseñar que la
historia es más que los héroes y sus proezas, desde las corrientes annales, la
historia no es solo la historia de las mentalidades, ni es una historia antropológica,
económica, política, sino que lo es de todo, hasta la cultura misma y considera
todo lo que sirva para explicar los hechos humanos, conservando su características
esencial, lo analítico de los hechos.
La historia es la construcción de
procesos diacrónicos y su enseñanza es la transmisión de los cambios que ha
tenido la humanidad en todos los sucesos y en distintos lugares.
Algunas estrategias que podemos
utilizar son las noticias después de haber leído un acontecimiento pueden
confrontar con el periódico acerca de los acontecimientos.
La visita de museos, la exposición
de una serie de fotografías familiares, biografía, árbol genealógico, ver y
comprender, es decir, recorrer las calles si los lugares o sitios lo permiten.
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